Dirigido a los animales del mundo:
¡Hola! Soy Isabel, licenciada en medicina veterinaria por el CEU en 2004.
Siempre quise trabajar con animales salvajes y después de pasar unos meses en el zoológico de Valencia, un año en el oceanográfico, trabajar con caballos, con animales exóticos y recorrer clínicas y hospitales veterinarios de referencia en España para pequeños animales, decidí que la mejor opción era montar mi propia clínica y así fue. En 2007 abrí las puertas de lo que fue mi clínica durante 8 años en la ciudad de Valencia. Durante este tiempo trabajé y defendí la medicina convencional como única opción, hasta que a mí me diagnosticaron una enfermedad "crónica" que, entre otras cosas, conllevaba una gran dificultad para poder ser mamá. Después de recorrer distintos médicos y no encontrar más solución que tomar fármacos para siempre y controles rutinarios en el hospital, algo en mí me dijo que seguro existía una forma de sanar. Así fue, cuando después de 4 meses de utilizar otras terapias, mis pruebas médicas decían que mi cuerpo funcionaba perfectamente , salí de mi sentencia y pude así, por fin, ser mamá. A día de hoy tengo 3 hijos maravillosos que no dejan de acompañarme en mi evolución privada junto a mi gran marido.
Y aquí es donde empezó mi gran cambio, cuando os miraba a todos como pacientes y pensaba que yo hubiera hecho lo mismo con vosotros, sentenciaros a algo como hizo el médico convencional conmigo. Sin más opciones.
En ese momento de mi existencia decidí empezar a formarme en tantas otras terapias con el único propósito pasional de conocer y trabajar al ser completo y reconocer la historia que le rodea. Empecé un nuevo camino que me fascina y que sigue evolucionando en mi día a día cuando conecto con cada uno de vosotros allí donde estéis.
Sabed que vendí mi clínica y me fui a vivir con mi familia a un lugar donde conectar con la naturaleza y desde ahí os atiendo cada día a todos vosotros.
Animales de la Tierra, quiero deciros que yo ya empecé a mirar con otros ojos la enfermedad y a reconocer que no tenía más idea que recetar fármacos a mis pacientes obviando todo lo que les rodeaba, sólo me centraba en un síntoma y unos resultados diagnósticos y el cuerpo pasaba a ser sólo eso y no un todo en una familia y un hogar concreto, rodeados de una historia. Hoy, por encima de conocer, escucho.
Gracias a todos los que habéis confiado y seguís confiando en mí durante todos estos años y todos los que llegáis a mi vida a diario. Realmente es un placer para mí acompañaros en vuestros caminos y alumbraros con lo que la enfermedad os trae para sanar.